lunes, 20 de diciembre de 2010

ATERRIZANDO

Ya estoy en casa.... De momento, todo es difuso... Mi cuerpo está sentado en el sofá y sobre mis piernas, tengo mi ordenador. Si ahora digo laptop o computadora, jaja, aquí sonará muy extraño. Me siento extraña. Siento que mi cuerpo está aqui, pero mi mente... Mi mente creo que viene a nado desde Perú y que le va a costar varios días instalarse en esta nueva realidad. Es mi realidad, la que conozco de toda la vida y sin embargo, me está costando adaptarme, porque mis pensamientos, mis proyectos, mi futuro, de momento están en el pasado reciente. Es normal que al hacer un viaje tan experimental como este, tan novedoso, con cambio horario, cultural y emocional, sea ahora un choque grande para mi, después de haber tenido tan buenas experiencias. Como es normal, necesito tiempo de asimilación, reflexión y ubicación...

Necesito tiempo.

Qué impresión me dió bajar del avión en Madrid. ¡Qué frío! Se sentía en los huesos una humedad extrema, además del cansancio acumulado por los excesos horarios de los últimos días en Piura... Al ver en un cartel, cervecería, yo lei cevichería, sonreí al ver la boca de metro llamada Pueblo Nuevo, aunque no era de Colán, me sentí segura por la carretera, al ver tantas señales de tráfico, el asfalto liso y con las líneas bien marcadas. Sentí la limpieza de las calles y el órden desde primera hora de la mañana.
También pude encontrarme de pleno con la campaña de Navidad gigantesca, que todos los años hace que nos sintamos mal aquellas personas que no tenemos suficiente dinero para hacer regalos a todo el mundo, porque nos meten toda esta publicidad estúpida a mi modo de ver, por los ojos.
¡Qué contrastes!


Y bueno, esto está escrito el 1 de diciembre y publicado el 20. ¿Por qué? Porque me sentía demasiado desubicada, porque no sentía que debía escribirlo, nose.
Ahora, todo es diferente, pero eso, es otra entrada, la penúltima, quizá la última... No lo sé